I770 Un mequí llamado Al Hajjaj se convirtió en musulmán y participó en
la captura de Khaybar. Después de la conquista, pidió permiso a Mahoma para ir
a La Meca, dejar sus asuntos en regla y cobrar sus deudas. Entonces le preguntó
si podía mentir para obtener el dinero. El profeta de Alá dijo: «Miente». Así
pues se dirigió a La Meca. Una vez llegó a la ciudad, los mequíes le pedían
noticias sobre lo sucedido en Khaybar. No sabían que se había convertido y por
eso confiaban en él. Les dijo que los musulmanes habían perdido y que Mahoma
había sido hecho prisionero. Dijo que los judíos de Khaybar iban a traer a
Mahoma a La Meca para que pudieran matarle.
I771 Los mequíes se regocijaron. Les pidió que le ayudasen a cobrar sus
deudas para que pudiera regresar a Khaybar a beneficiarse de la confusión. Le
ayudaron de buen grado a cobrar las deudas. Pasados tres días tras su marcha,
descubrieron la verdad de lo sucedido en Khaybar y el hecho de que él ahora era
un musulmán.
Comentarios del autor:
De nuevo vemos el ejemplo de Mahoma
que permite a sus seguidores mentir a los kuffar para obtener una ventaja. Esta
era una de sus tácticas favoritas y se describe en numerosas ocasiones en sus
biografías. Hasta hoy sigue siendo un pilar central de la yihad y hasta tiene
nombre. En árabe se conoce como taquiya o engaño sagrado.
I774 Había un total de mil ochocientas personas que se dividieron la
riqueza robada a los judíos de Khaybar. Un soldado de caballería recibía tres
partes; uno de infantería se quedaba con una. Mahoma nombró a dieciocho jefes
para que se ocupasen de repartir el botín. Mahoma recibió la quinta parte antes
de que empezase la distribución.
A Mahoma no le interesaba un estilo de vida lleno de opulencia. Incluso
sus mujeres se quejaban de las condiciones humildes en las que vivían a pesar
de la riqueza que tenía. Su principal motivación era el deseo de ser adorado.
La mayor parte de su riqueza se gastaba en armas y suministros para la yihad o
para pagar las sumas de dinero necesarias para resolver disputas entre sus
seguidores (dinero de sangre). Al final de su vida, la única pasión que
impulsaba a Mahoma era la de conquistar a los kuffar. También esta era una de
las partes principales de la religión que había creado.
En el capítulo anterior nos centramos en la influencia del islam en los
gobiernos occidentales, en esta estudiaremos el impacto que tiene en otra
institución.
La influencia del islam en las
universidades
Los gobiernos se ocupan de la gestión de la mayor parte de las
universidades. Por ese motivo, el islam puede influir en ellas a través del
relativo control que ejerce sobre las decisiones gubernamentales. Las grandes
fortunas musulmanas donan considerables sumas de dinero a las universidades del
mundo occidental, lo que les otorga el potencial para tener injerencia en las
decisiones y políticas. Como los líderes en prácticamente todos los campos
pasan por la universidad, la información que imparte resulta de gran relevancia
para el futuro de nuestras sociedades.
Extracto de la Wikipedia[1]
En marzo de 2008, Alwaleed Bin Talal donó ocho millones de libras
esterlinas para construir un centro de estudios islámicos (que llevará su
nombre) en la universidad de Cambridge. Pocos meses después, el 8 de mayo de
2008, entregó dieciséis millones de libras a la universidad de Edimburgo para
fundar el Centro para el estudio del islam en el mundo contemporáneo. En abril
de 2009, Al Waleed hizo una donación de veinte millones de dólares a la
Universidad de Harvard, que entró a formar parte de la lista de 25 mayores
donaciones de la institución. También entregó la misma suma de dinero a la
universidad de Georgetown.
Sus donaciones y otras procedentes de fuentes del islam no siempre han
sido bienvenidas debido a los efectos que tienen en la objetividad académica y
en materia de seguridad.
Los musulmanes están obligados a dar
un porcentaje de sus ingresos a la caridad; sin embargo, el dinero entregado a
los kuffar no cuenta. Si tenemos en cuenta que seis de cada diez musulmanes son
analfabetos[2], resulta extraño que los musulmanes
ofrezcan semejantes sumas de dinero a las universidades occidentales. Cuesta
imaginar que esta generosidad no conlleva una serie de condiciones. Quizás es
por esto por lo que las universidades se muestran tan reticentes a la hora de
criticarles. En lugar de críticas, lo que hacen es publicar artículos que
respaldan sin rodeos al islam y ofrecer una narración retocada e inofensiva de
la historia y las proezas islámicas que apenas tienen nada que ver con la
verdad[3].
Puede que esta también sea la razón
por la que los estudios sobre Oriente Próximo nunca analizan la doctrina
islámica o la yihad, a pesar de la innegable influencia que el islam tiene en
esta región. De hecho, la doctrina islámica no se estudia en ningún semestre de
las universidades occidentales. Es difícil saber si esta influencia va más allá
de los estudios sobre Oriente Próximo, adentrándose en las carreras de historia
y sociología.
Por ejemplo, todos aprendemos que
los europeos se llevaron a los africanos a América como esclavos. ¿Por qué no
estudiamos nada sobre los piratas berberiscos (musulmanes del norte de África)?
Durante siglos saquearon los pueblos pescadores y costeros de toda Europa,
llegaron hasta el Reino Unido y se llevaron a más de un millón de europeos que
luego vendieron como esclavos en el norte de África y en Oriente Próximo[4]. Enormes franjas de terreno del litoral
europeo quedaron deshabitadas por miedo a los traficantes de esclavos de África
que cesaron sus ataques en 1830 cuando los franceses invadieron Argelia. Existe
una palabra en árabe para designar a un esclavo blanco (mamluk) y otra para el
esclavo negro (abd).
(Si lo comparamos, existen registros
de transporte que indican que se enviaron por barco a Estados Unidos un total
de 388.000 esclavos africanos antes de 1798, cuando se abolió de forma voluntaria
el tráfico de esclavos).[5]
¿Cuántas personas son conscientes
hoy en día de los constantes ataques de los turcos del Imperio otomano que se
lanzaron durante siglos contra Europa del Este? Se llevaron tantos esclavos
europeos a Oriente Próximo que la palabra slave (esclavo en inglés) proviene
del término slav (eslavo).
¿Por qué no aprendemos nada sobre
los 1400 años de tráfico de esclavos del islam en África y nos limitamos a
estudiar los 200 años de venta de esclavos de los europeos?
No existe ninguna razón por la que
no deberíamos examinar los múltiples ejemplos de las atrocidades cometidas por
la sociedad occidental. Uno de los puntos fuertes de esta sociedad es que somos
capaces de admitir y aprender de nuestros errores. Sin embargo, asumir que los
europeos han sido los únicos que han cometido actos terribles en toda la
historia universal y que todos los problemas actuales han sido causados por los
crímenes del pasado de las naciones occidentales/cristianas, resulta
sospechosamente similar a la actitud que asumiría un dhimmi. Es complicado
saber si estos datos (la financiación islámica de las universidades y la
autoinculpación académica) están conectados, pero parecen ser piezas que
encajan sin problemas en el puzle. Por lo menos, es curioso que el Reino Unido
pueda estar en guerra con musulmanes en dos países islámicos diferentes (Irak y
Afganistán) y aun así el único estudio de la doctrina/filosofía/motivación del
enemigo lo dirijan musulmanes. Algunos dicen que es ser políticamente correcto,
pero a largo plazo parece más bien un suicidio político.
Extracto de la sección de cartas al editor del periódico The Australian,
19 de septiembre, 2012:
Este editorial pide un debate abierto, sincero y continuo en una lucha
de ideas sobre el islam contemporáneo. Por desgracia, este tipo de debates no
es posible en nuestras universidades, tal y como he descubierto a mi pesar.
Mi negativa a adoptar una actitud en favor del terrorismo islámico y
contraria a Estados Unidos tras los ataques del once de septiembre dieron pie a
una campaña de difamación en contra de mi persona que ha durado varios años y
que únicamente se ha apaciguado cuando gané el juicio interpuesto contra la
empresa que me contrataba de acuerdo con lo estipulado en el programa Work Cover.
Sin embargo, a lo largo de la última década se ha pedido en varias
ocasiones mi despido por publicar mi opinión sobre el extremismo islamista y
también me han amenazado con demandas judiciales.
Una de las personas que lanzó dichas amenazas y que también solicitó mi
despido, es un académico con años de experiencia en el centro que trabaja como
profesor en la principal academia militar de Australia. Otra de estas personas
ocupa un puesto de liderazgo en un centro nacional para la excelencia en los
estudios islámicos.
Desafortunadamente, esta prolongada serie de ataques en el debate
público sobre el islam y el extremismo islamista han dañado gravemente mi salud
y me han empujado a una jubilación anticipada. Este es el precio que se paga en
este país al mantener un debate académico sobre el islam.
Mervyn F. Bendle, Townsville, Qld
[2]http://www.webcitation.org/query?url=http://web.archive.org/web/20051129011120/http://www.jang.com.pk/thenews/nov2005
-daily/08-11-2005/oped/o6.htm&date=2012-08-14
[3] Por ejemplo:
Learning from One Another: Bringing Muslim perspectives into Australian schools
de Hassim y Cole-Adams National Centre of Excellence for Islamic Studies,
Universidad de Melbourne http://www.nceis.unimelb.edu.au
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