Saturday 8 August 2015

15 Un Intento de Asesinato



Tras la batalla de las trincheras, Mahoma envió asesinos a matar al líder rival en La Meca, Abu Sufyan.

Extracto de la Biografía de Al-Tabari:[1]
T1438 Mahoma envió dos hombres a La Meca a matar a su rival, Abu Sufyan. El plan era simple y el que les lideraba era de la ciudad, por lo que la conocía bien. Partieron con un camello hacia el hogar de Abu Sufyan, donde un hombre montaría guardia mientras el otro le apuñalaba. Sin embargo, el musulmán que tenía que ayudar quería ir a orar a la Kaaba. El líder no estaba de acuerdo, porque le iban a reconocer, pero el otro musulmán insistió. Así que fueron a la Kaaba y, en efecto, reconocieron al líder. Los ciudadanos de La Meca dieron la voz de alarma y los asesinos huyeron de la ciudad. Era imposible matar a Abu Sufyan.
T1439 Los musulmanes corrieron hacia una cueva en las afueras de La Meca. Colocaron rocas delante de la entrada y esperaron en silencio. Un hombre de La Meca se acercó mientras cortaba hierba para su caballo. El líder musulmán salió de la cueva y le mató de una puñalada en el estómago. El hombre gritó y sus compañeros acudieron corriendo, pero estaban más preocupados por el amigo que moría que por los asesinos y se marcharon con el cuerpo. Los musulmanes esperaron un tiempo y luego se dieron a la fuga de nuevo.
T1440 Al volver a Medina, los musulmanes se encontraron con un pastor tuerto. Resultó que eran del mismo clan. El pastor les dijo que no era musulmán y que nunca lo sería. Mientras estaban sentados hablando, el pastor se tumbó y se quedó dormido. El líder sacó el arco y clavó una flecha en el ojo que le quedaba al pastor que atravesó su cerebro y la cabeza de lado a lado. Luego siguieron su camino hacia Medina.
T1440 En el camino, el líder vio a dos hombres de La Meca que eran enemigos del islam. Disparó una flecha a uno y capturó al otro, obligándole a marchar a Medina. Cuando se presentaron ante Mahoma con el prisionero y le contaron toda la historia, Mahoma se rio con tanta energía que mostró hasta las muelas. Luego les bendijo.

Comentarios del autor:
Durante los primeros días como profeta en La Meca, Mahoma no era un hombre violento.
Sus enseñanzas tenían que ver con la religión y se limitaba a amenazar con la otra vida. Sin embargo, llegado a este punto, su odio por aquellos que se negaban a creer en él solo puede considerarse como algo inhumano. Los psiquiatras describen su personalidad como narcisista. Exigía a los demás que le adorasen y mostraba un odio psicopático por los que no le tenían en la consideración que requería. En el fondo, estos son los valores en los que se basa el islam.
Los musulmanes creen que no hay más dios que Alá y Mahoma es su último profeta. Se cree que Mahoma es el hombre perfecto y el Corán dice a los musulmanes en repetidas ocasiones que deben imitar su comportamiento. Como ya sabemos, los musulmanes pueden elegir seguir el ejemplo del Mahoma de La Meca, lo que hace la mayoría, o seguir el ejemplo de Medina, que es el que siguen los Yihadistas. Dado que los versos anteriores son abrogados por los posteriores, el Corán de Medina es mejor, pero puesto que el Corán es perfecto, el de La Meca también es válido.
Para una mente occidental esto resulta confuso. De acuerdo con nuestra lógica, si dos cosas se contradicen, al menos una de ellas debe estar equivocada. La lógica occidental se basa en la verdad y solo una cosa puede ser cierta. Si seguimos la lógica islámica, la «verdad» es aquello que ayuda al progreso del islam. Por lo tanto, dos cosas pueden contradecirse la una a la otra y ser «verdaderas».
La confusión que esto provoca es algo deliberado y el islam a menudo se aprovecha de esto. El aspecto más duro (de Medina) se oculta tras el menos rígido (el de La Meca). Esta es una de las razones por las que, en la actualidad, los musulmanes «moderados» pueden quejarse de la yihad a los kuffar, pero nunca se enfrentarán a los yihadistas directamente puesto que saben que el ejemplo de Medina es el mejor.




[1] El manuscrito «original» de la biografía de Ibn Ishaq se perdió hace años. La Sira fue reconstruida a partir de las notas y escritos de dos de sus estudiantes, Ibn Hashim y Al-Tabari. Por lo tanto, esta «sección» es un extracto de La Sira.

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